Compartir un espacio para hablar sobre salud mental es una buena noticia en el ámbito académico, más cuando después de la pandemia Covid-19 aquella problemática se ahondó en toda la sociedad.

Tras esa breve intervención de la vicerrectora de la UTE, Verónica Guerra, dentro del marco de las ‘Primeras Jornadas Interuniversitarias y Académicas sobre Salud Mental y el post Covid-19’, comenzó la mesa redonda sobre ‘Educación superior y salud mental’.

A este espacio de reflexión e intercambio de experiencias investigativas, que se realizó este 21 de septiembre, en la Sede Matriz, acudieron estudiantes de salud mental y general, personal del área de la educación y especialistas en el tema.

Quien primero tomó la palabra fue Catalina Vélez, del Consejo de Educación Superior (CES), quien señaló que “no hay salud mental sin justicia social”. Los trastornos mentales, agregó, afectan a personas de todas las edades, condiciones y latitudes, de allí que “la salud mental hay que mirarla desde una perspectiva intersectorial”.

Patricio Trujillo, del Instituto de Salud Pública de la Universidad Católica del Ecuador, habló sobre el proyecto que lidera junto con dos universidades de Argentina y Chile para averiguar cuál es la realidad, qué se enseña a los médicos y si eso está vinculado con lo sociocultural; es decir, aquello que se relaciona con la antropología, medicina y salud.

Hernán Reyes, investigador independiente, mencionó sobre “los excesos y los vacíos”, durante su participación.

El tercer panelista fue Fernando Cornejo León, director General de Posgrados UTE. Apuntó una serie de datos reveladores sobre la salud mental; por ejemplo, los suicidios en el país -excepto en Guayas, Los Ríos, Manabí y Santo Domingo- superan a los homicidios en la población de jóvenes.

Enfrentamos aquel problema, agregó, con escaso número de profesionales de la salud: “hay un promedio de 21,1 por casi 1.000 habitantes y de ese total solo el 10% son psiquiatras, 12% atención médica, 15% enfermeras en salud mental, 14% psicólogos…”.

Antes de estas intervenciones se realizó la primera mesa que abordó el tema de ‘Comunicación, derechos y salud mental’, con Hernán Reyes, investigador social; y Sybel Martínez, directora del Observatorio de Género UTE.

De su lado, Reyes mencionó sobre “los excesos y los vacíos”. O sea, dijo, “primero hay que distinguir lo que significa creer estar comunicado a través de la conectividad digital que, a ratos, significa un entrampamiento, y de lo que significa la dimensión vinculativa y profunda de la comunicación que es la construcción profunda con los demás…”.

Mientras tanto, Martínez apuntó que -pese a su gravedad- los problemas mentales han sido invisibilizados en nuestra sociedad, pues no se notan o simplemente no queremos verlos. Y, por otro lado, buscar ayuda profesional en temas de salud mental sigue siendo un tema tabú o es inalcanzable (por los costos).

En la mesa de ‘Salud mental y políticas públicas’ hubo un solo ponente: Adrián Díaz, de la Organización Panamericana de la Salud (OPS). A lo largo de su intervención apuntó una serie de cifras relacionadas al tema que les reunió; y uno de los datos más reveladores fue que en Latinoamérica se destina, en términos generales, el 2% del presupuesto de salud a los problemas mentales.

Sybel Martínez, de la UTE, abordó el tema de ‘Comunicación, derechos y salud mental’.

Al término de esta participación, Fernando Cornejo agregó que: “aquello de no hay salud sin salud mental es un factor fundamental, y si el Estado no está presente no hay políticas públicas y cuando no hay políticas públicas no hay derecho a la salud”.

El espacio de reflexión ‘Primeras Jornadas Interuniversitarias y Académicas sobre Salud Mental y el post Covid-19’ acudieron estudiantes de salud mental y general, personal del área educativa y especialistas en el tema.

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