El auditorio Álvaro Trueba de la UTE fue escenario de una emotiva ceremonia donde 32 estudiantes de la carrera de Medicina Veterinaria recibieron el mandil blanco, un símbolo de inicio en su formación preprofesional y del compromiso con la salud animal y el bienestar ético.

Claudia Ballas, coordinadora general de la Universidad e invitada especial de este importante evento, recordó que en 2018 tuvo la oportunidad de trabajar con el equipo de académicos que diseñó la carrera de Medicina Veterinaria, orientada a conocimientos, destrezas y habilidades en ciencias básicas, investigación, bioética y en las áreas de clínica y cirugía.

“La Facultad no solo se caracteriza por brindar a las y los estudiantes una formación de calidad, pertinente y actualizada, sino que forma profesionales éticos. Hoy, seis años después, Medicina Veterinaria cuenta con 764 estudiantes y esperamos inaugurar la carrera en el Campus Manabí el próximo período”, expresó Ballas, en alusión a los nuevos retos de expansión.

El momento más importante fue la colocación de los mandiles, cuando los estudiantes pasaron frente a la mesa directiva con sus padres o madres, quienes –orgullosos– les pusieron el mandil entre aplausos y fotografías.

Andrés Ortega, decano de la Facultad de Medicina Veterinaria y Agronomía, resaltó la importancia de este acto, inicialmente reservado para carreras de medicina humana, y cómo ahora representa un estímulo clave en la formación veterinaria.

“En la Universidad UTE, desde hace tres años se les homenajea con este evento. Sabemos que esta carrera no es fácil, y hoy sus materias se vuelven más exigentes. Queremos que se conviertan en los mejores profesionales del Ecuador”, motivó Ortega a los estudiantes, valorando su esfuerzo y el respaldo de un cuerpo docente altamente comprometido.

La madrina de la cohorte, María Belén Cevallos, también dirigió palabras a los estudiantes, invitándolos a reflexionar sobre el papel crucial que tendrán en la sociedad. “Tienen la oportunidad de mejorar el mundo, no solo a través de curas físicas, sino también del respeto y la ética que deben imprimir en cada acción”, dijo, subrayando el impacto de la vocación veterinaria en la mejora de la convivencia con el mundo animal.

Finalmente, Emilia Chiriboga, estudiante de Medicina Veterinaria, compartió un mensaje inspirador en representación de sus compañeros. “Ya son aproximadamente dos años y medio desde que decidimos estudiar esta hermosa profesión. Nos comprometemos a estudiar arduamente para llegar a ser profesionales con agallas, que siempre hagamos lo correcto y ejerzamos nuestra profesión con amor, dedicación, responsabilidad y humildad”, afirmó con emotividad, realzando el compromiso y el sacrificio que exige esta vocación.

La investidura de los mandiles blancos marca el inicio de una etapa crucial en la formación de estos estudiantes, quienes se preparan con un profundo sentido de responsabilidad y amor por la salud y el bienestar animal, representando así el ideal de la medicina veterinaria en la Universidad UTE.

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