¿Vuelven los físicos, los químicos y los sociales? No exactamente, pero el Bachillerato General Unificado (BGU) será reemplazado con un Bachillerato General con un tronco común de varias áreas: científico humanístico, técnico, artístico y deportivo. Así se especifica en el proyecto reformatorio a la Ley Orgánica de Educación Intercultural.
Esa reforma se aplicará, según la ministra de Educación, María Brown, a partir de primero de Bachillerato. Y, en la Básica Superior (octavo, noveno y décimo) se podría optar, en algunos casos, por materias optativas.
El BGU se puso en marcha desde el año lectivo 2011-2012 y se implementó una malla curricular común para los alumnos de Bachillerato del país. De allí que, el 26 de julio de 2013 se graduó a la última promoción de bachilleres con especialidades Físico-Matemático, Químico-Biólogo o Ciencias Sociales.
Un dato más de parte de la ministra de Educación, Brown: el cambio que está en curso dentro de la educación secundaria será progresivo porque tiene que estar acompañado de un proceso de formación a los docentes y hay que dotarles de los equipos necesarios.
Pero, ¿qué tan conveniente es este cambio para los futuros bachilleres? Rina Pazos, decana de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la UTE, cree que reducirá el campo de acción para que los estudiantes secundarios escojan una carrera universitaria según su orientación vocacional.
Asegura aquello porque, agrega, los chicos a edades tempranas (entre los 13 y 14 años) estarán obligados a elegir una especialización que en la universidad les direccionará por áreas de estudios específicas: ingenierías o carreras en ciencias sociales.
Con esa orientación del conocimiento habrá, agrega Pazos, “una pérdida en el desarrollo de aquellas competencias generales que otorga el BGU -buen manejo del pensamiento abstracto, razonamiento matemático, lenguaje y pensamiento científico- y, de pronto, formen profesionales más fragmentados, sin el bagaje necesario para el desempeño correcto de una determinada profesión”.
En cambio, Remigio Chalán, docente de Ciencias Básicas de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería e Industrias de la UTE, está convencido de que las especialidades en los colegios ayudarán para que los futuros bachilleres tengan más conocimientos en el área que posteriormente escogerán en la universidad, un conocimiento más profundo y puntual.
Con el BGU, admite Chalán: todos los chicos aprendían lo mismo y en el mundo real teníamos estudiantes con deficiencias, de quienes, posteriormente, la universidad se ha hecho cargo asignando horas extras para poder igualarlos en conocimientos. Las matemáticas, física y química implican mayor esfuerzo y tienen menos tiempo para asimilar lo que necesitan aprender de forma obligatoria en carreras como las de ingeniería.
Cierto es que en el mundo actual se exige, agrega Chalán, conocer muchas cosas a la vez, pero eso no implica que las conozcamos a profundidad solo con un nivel intuitivo o básico, lo que nos obliga a prepararnos por nuestra cuenta.