Hoy, 14 de agosto de 2024, se conmemora el Día del Psicólogo Ecuatoriano, una fecha significativa para reflexionar sobre la importancia de esta ciencia en el país. En los últimos años, el cuidado de la salud mental se ha vuelto cada vez más relevante. El Dr. Enrique Santos, director de las nuevas carreras de Psicología Clínica, Educativa y Organizacional de la UTE, nos contó que este ha sido históricamente un tema crítico, con trastornos como la depresión y la ansiedad siempre presentes en la sociedad.

Sin embargo, subrayó que la pandemia de COVID-19 los exacerbó. «Nos hizo visibilizar los problemas de salud mental y fue evidente un incremento (…) El confinamiento rompió nuestros lazos físicos con el entorno, afectando profundamente nuestro bienestar», afirmó. Por otro lado, criticó el término «distancia social», usado en 2020, porque nunca estuvo en cuestionamiento. Lo que realmente se perdió fue la cercanía física, crucial para el desarrollo humano, especialmente en niños y jóvenes.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que un 4 % de la población mundial padece ansiedad, es decir, 320 millones de personas. Sus síntomas, como irritabilidad, palpitaciones, sensación de peligro inminente, pánico, aumentan el riesgo de depresión, que a su vez pueden derivar en comportamientos suicidas.

Según Santos, el neuropsiquiatra Boris Cyrulnik, padre del concepto de la resiliencia, advirtió un aumento significativo en los casos de depresión, sobre todo entre adolescentes de 14 a 16 años. Este grupo sufrió de manera particular debido a la falta de contacto físico, fundamental en esta etapa de la vida. 

El experto señaló que la post-pandemia sigue teniendo un impacto notable en la salud mental, y más entre los jóvenes que no han sido adecuadamente evaluados. La transición al teletrabajo y el tele-estudio, aunque con beneficios, ha revelado deficiencias tecnológicas y la necesidad de contacto físico en el aprendizaje y las interacciones laborales.

El uso de un entorno virtual realmente elimina o debilita esa necesidad de contacto físico que tenemos las personas (…) hay incluso estudios –hipótesis– que sostienen que el cambio de calidad de las relaciones físicas entre las personas por la tecnología sí podría tener efectos en el funcionamiento de nuestro cerebro y afectividad”, manifestó.

En el caso de Ecuador, cabe destacar que hay algunos elementos que están volviendo mucho más importante el tema de salud mental. Resaltó que el entorno de violencia que ha crecido en el país en los últimos años está afectando el desarrollo normal de los menores de edad. «El miedo y la tensión que los padres sienten al no dejar salir a sus hijos al parque o a la escuela se transmite a los niños, y esto podría tener consecuencias a largo plazo en su salud mental (…) sin embargo, la violencia se está normalizando», sostuvo.

En cuanto a la situación de la salud mental, Santos lamentó la falta de políticas estatales efectivas. A pesar de los recientes esfuerzos por incluir psicólogos en distintos ámbitos sociales, estos siguen siendo insuficientes frente a los desafíos actuales. Es por eso que la UTE ha visto la importancia de introducir en el país profesionales de calidad en la rama.

En la Universidad, los estudiantes aprenden cómo funciona el cerebro, las etapas del desarrollo psicológico y bioneurológico durante el primer año y medio de la carrera. Luego viene una profundización. El director de las nuevas carreras, que se abrirán en septiembre de 2024, explicó las diferencias y enfoques:

  • Psicología Educativa: se centra en entender y tratar los trastornos que afectan el aprendizaje en entornos escolares. Esto incluye problemas como la dislexia, disgrafía, discalculia, y el trastorno del espectro autista. Los psicólogos educativos también juegan un papel crucial en la mediación de conflictos como el bullying y la intervención en los casos de acoso.
  • Psicología Organizacional: esta rama se enfoca en mejorar el ambiente laboral y organizacional, evaluando y mejorando las dinámicas de trabajo en equipo, liderazgo y resolución de conflictos. Es fundamental para garantizar que las personas estén en el puesto adecuado y que las organizaciones funcionen de manera eficiente.
  • Psicología Clínica: se dedica a tratar los trastornos y malestares individuales, trabajando con problemas cotidianos en la familia, la escuela y otros contextos sociales. Aunque no recetan medicamentos como los psiquiatras, los psicólogos clínicos en la UTE están capacitados en farmacología y neuroimágenes para comprender mejor a sus pacientes.

Santos destacó que en las tres ramas de la psicología es esencial no solo abordar los problemas, sino también potenciar las fortalezas y capacidades de las personas. «Un psicólogo debe ser un buen psicólogo, independientemente de su especialización», afirmó.

Si quieres conocer más sobre estas carreras, puedes ingresar al siguiente link:

Dirección de Comunicación, Relaciones Públicas y Protocolo

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