Ante la declaración de emergencia sanitaria internacional por parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS) debido al brote de la viruela del mono, la Universidad UTE, a través de su director de Investigación y epidemiólogo, Daniel Simancas, ha emitido recomendaciones claves para prevenir el contagio de esta infección viral.

La viruela del mono, originaria de roedores y que inicialmente afectó a simios, se contagia principalmente por contacto directo con lesiones, fluidos corporales, o por el uso compartido de ropa, sábanas y toallas de personas infectadas. Aunque su origen se encuentra en África Central, donde ha mostrado ser particularmente agresiva, con más de 500 víctimas mortales de los aproximadamente 15.000 pacientes reportados, la enfermedad ha comenzado a expandirse a otros continentes, incluyendo Europa, con un reciente caso confirmado en Suecia.

Simancas enfatiza que, a diferencia del COVID-19, la viruela símica es más fácil de contener debido a que los infectados presentan síntomas visibles y no hay casos asintomáticos. Sin embargo, la gravedad de la infección, que puede causar complicaciones neurológicas graves y muerte, subraya la necesidad de una respuesta rápida y eficaz.

¿Cuál es la razón para la muerte? El virus infecta. Ataca el tejido nervioso, llega a provocar confusión, afecta a los nervios de los ojos y produce ceguera. Luego produce una encefalitis, es decir, una complicación cerebral y produce el deceso, advierte.

Medidas de prevención recomendadas:

  1. Evitar el contacto directo con personas infectadas y sus lesiones: Esto incluye el contacto físico y el uso compartido de objetos personales como sábanas, toallas y utensilios.
  2. Abstenerse de mantener relaciones sexuales con personas desconocidas: El contacto sexual es una de las principales vías de contagio, por lo que se aconseja evitar relaciones sexuales ocasionales y reuniones sexuales en grupo.
  3. Higiene personal rigurosa: Lavarse las manos con frecuencia y utilizar toallas propias en lugares de trabajo o en casa son prácticas esenciales para reducir el riesgo de contagio.
  4. Evitar viajes a zonas de alto riesgo: Se recomienda postergar viajes a áreas donde se han reportado brotes de viruela del mono, especialmente en África Central.
  5. Uso de mascarillas para personas vulnerables: Aunque el contagio no es tan frecuente por vía respiratoria como en el COVID-19, las personas con mayor riesgo de complicaciones deben considerar el uso de mascarillas.
  6. Vacunación: Aunque la vacuna contra la viruela del mono no está ampliamente disponible en todos los países, se está distribuyendo en Estados Unidos. Es crucial que los gobiernos trabajen para adquirir y distribuir esta vacuna, priorizando a los grupos más vulnerables.

Simancas también resalta la importancia de la vigilancia epidemiológica y la necesidad de que el Ministerio de Salud de Ecuador comience a implementar estrategias de contención, como la provisión de reactivos a laboratorios y la capacitación del personal de salud.

En caso de presentar síntomas como fiebre, dolor de cabeza, malestar o erupciones en la piel, debe recibir atención. “No se puede descartar a simple vista por el paciente, se necesita acudir a un centro de salud más cercano o a su médico de confianza para que él active las alertas epidemiológicas, se logre realizar tomar las muestras del paciente, mandar a los institutos nacionales de referencia, realizar la prueba y confirmar el caso”, agrega el experto.

Con la viruela del mono afectando ya a dos continentes, la UTE hace un llamado a la población para que siga estas medidas de prevención y esté atenta a las indicaciones de las autoridades sanitarias para evitar la propagación de esta enfermedad.

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