INVESTIGACIÓN DE LA UTE REVELA BENEFICIOS DEL AYUNO INTERMITENTE EN LA MICROBIOTA Y LA OBESIDAD
- 8 Oct | 24
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El Centro de Investigación Genética y Genómica (CIGG) de la Universidad UTE, liderado por Ana Karina Zambrano, publicó una investigación que explora la relación entre el ayuno intermitente, la microbiota intestinal y la obesidad. Esta investigación se basa en una revisión de diversos estudios y ensayos clínicos, y revela que el ayuno intermitente podría ser un factor clave para combatir la obesidad, una condición que afectó a un 16% de los adultos a nivel mundial para el 2022, según la Organización Mundial de la salud (OMS).
Santiago Cadena, docente investigador del CIGG, explicó en qué se basó el estudio.
La obesidad: un problema en aumento
La obesidad se considera una epidemia según la OMS, y en Ecuador no es la excepción. Factores como la edad, el género y la genética contribuyen al aumento de esta enfermedad, además del estilo de vida como la mala nutrición y la falta de actividad física. “Hemos visto que, con la edad, aumenta el riesgo de tener obesidad, y las mujeres también presentan una mayor tendencia”, señaló Cadena.
Además de estos factores, la microbiota, el conjunto de microorganismos que habitan en el cuerpo humano, juega un papel crucial en el desarrollo o prevención de la obesidad.
El papel de la microbiota intestinal
La microbiota intestinal, compuesta principalmente por bacterias, virus y algunas células eucariotas, ayuda a procesar ciertos alimentos. Estudios previos han demostrado que personas con obesidad presentan un desequilibrio en su microbiota intestinal, lo que contribuye a la inflamación y a la proliferación de bacterias patogénicas.
“En personas con obesidad, los tejidos del colon se vuelven más permeables, lo que permite que bacterias que normalmente son inofensivas en otras partes del cuerpo, puedan infiltrarse y afecten negativamente el colon”, explicó Cadena.
El ayuno intermitente como solución
El estudio revisa también los efectos del ayuno intermitente, una práctica que se ha popularizado en los últimos años.
Según Cadena, esta práctica junto con la guía de un profesional no solo ayuda a perder peso mediante la combustión de grasas, sino que también tiene potenciales efectos positivos sobre la microbiota intestinal. Existen tres tipos principales de ayuno intermitente: uno restringe la alimentación a ciertos periodos del día (desde 4 a 12 horas); otro alterna días de alimentación reducida y libre (se come el 25% de lo que se necesita de energía); y el último propone cinco días de comida normal y dos de restricción calórica.
El ayuno intermitente bajo supervisión médica promueve un aumento en la diversidad de la microbiota, lo que beneficia la salud al reducir la permeabilidad de los tejidos, disminuir la inflamación y controlar el crecimiento de bacterias patogénicas. Esto puede ayudar a restablecer el equilibrio entre diferentes tipos de bacterias en el intestino, favoreciendo aquellas que están asociadas con una mejor salud metabólica.
Un enfoque prometedor
Aunque los resultados de la investigación son alentadores, Santiago Cadena hace hincapié en que cualquier práctica de ayuno intermitente debe ser supervisada por un experto en nutrición.
Esta investigación, que incluyó información de ensayos con ratones, encontró que la práctica de ayuno intermitente incrementó la proporción de firmicutes (un filo de bacteria asociado con beneficios en la salud metabólica), lo que sugiere que podría restaurar el equilibrio bacteriano y mitigar los efectos de la obesidad. Sin embargo, también señaló algunos efectos secundarios como dolores de cabeza, cambios de humor y un estado letárgico, lo que subraya la importancia de un seguimiento profesional.
Con este trabajo, la Universidad UTE se posiciona como un referente en la investigación sobre la microbiota y sus implicaciones para la salud humana, contribuyendo al desarrollo de estrategias que promuevan la salud y el bienestar de la población. La edición 2025 del ranking QS América Latina y el Caribe incluye 23 universidades ecuatorianas. Entre los logros más destacados, la UTE se posiciona como la Universidad número uno en Ecuador y la segunda mejor en Latinoamérica en el indicador de citación científica, un reconocimiento a la investigación realizada por esta Universidad del Ecuador.
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