Más de 50 rectores o representantes de destacados colegios de Quito se dieron cita en el auditorio Simón Bolívar de la UTE. El objetivo del encuentro fue socializar los beneficios del convenio marco institucional entre estos planteles educativos y nuestra Universidad, en busca de fortalecer la educación integral.

Claudia Ballas, coordinadora general de la UTE, destacó en su intervención la importancia de democratizar y universalizar el acceso a la educación. “Es un derecho humano –público y social– que debe ser garantizado por el Estado”, señaló.

Además, subrayó que la educación es un área prioritaria para la inversión pública y un factor clave para el desarrollo sostenible, ya que contribuye a la creación de una conciencia colectiva y forma profesionales íntegros. “La educación superior promueve la movilidad y el bienestar de las personas y del planeta”, afirmó.

También resaltó el compromiso de la UTE con la diversidad intercultural. “Somos una universidad laica y diversa”, dijo. “Abrimos un campus en Manabí, una de las provincias más heterogéneas, con un nivel socioeconómico alto y pobreza acentuada”, acotó.

En cuanto a los desafíos educativos, Ballas mencionó los resultados de las pruebas PISA, que muestran una deficiencia formativa en Ecuador y otros países de la región en comparación con los países de la OCDE (Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Chile, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Islandia, Irlanda, Israel, Italia, Japón, Corea del Sur, Luxemburgo, México, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, Polonia, Portugal…). Expuso también la tasa bruta de matrícula en la educación superior en Ecuador, según el Banco Mundial y la UNESCO, que corresponde al 40,9%.

Ante ese panorama, destacó que la UTE brinda educación superior para todos y todas, pertinente, con aprendizaje basado en resolución de problemas centrado en el estudiante. Desarrollo de competencias y habilidades para el siglo XXI. “Hemos sido innovadores en el campo de la Salud y hemos buscado traer el mundo a la UTE, para fomentar la movilidad, la cooperación e internacionalización de los currículos”, señaló Ballas.

Durante su presentación, Ballas recordó los inicios de la UTE, desde su fundación en 1971 como Instituto Tecnológico Equinoccial (ITE) hasta su consolidación como Universidad en 1986 y su renombramiento en 2018. Asimismo, detalló la trayectoria de la institución, que cuenta con 53 años de experiencia, más de 56 mil titulados en diversos campos, 10 mil estudiantes y un cuerpo docente compuesto en su totalidad por profesionales con maestría o doctorado.

La UTE, con 19 carreras de grado, 2 técnicas-tecnológicas, más de 20 maestrías y 13 especializaciones en el campo de la salud, también se distingue por su programa de investigación avanzada y la producción de más de 1.000 artículos indexados en Scopus. Su liderazgo en docencia e investigación ha llevado a la institución a destacarse en rankings internacionales como el Times Higher Education, QS y Scimago.

¿Qué caracteriza a la UTE? El 76% de la matrícula es en carreras de alto interés público, afines a los sectores productivos del país y a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). Además, cuenta con un robusto programa de becas y ayudas económicas, entre ellas, STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), cuyo objetivo es acortar la brecha de género en áreas académicas y estimular el desarrollo económico del país.

Ballas, además, indicó que desde el Programa de Formación Internacional se entregará una beca a cada colegio, dirigido a rectores y representantes, con cursos como Pedagogía y Competencias Digitales y también en Inteligencia Artificial para docentes.

María Luisa Félix, directora general de Bienestar Universitario, detalló los programas destinados a garantizar el bienestar de la comunidad universitaria, con énfasis en los grupos prioritarios y excluidos. Entre ellos, destacó el acompañamiento integral, la igualdad de oportunidades, la salud mental y la prevención del consumo de drogas.