“Mi madre nos enseñó muchas cosas, pero sobre todo a desdramatizar la vida. Recuerdo que en alguna época que pasábamos apuros y mangiavamo pasta tutti i giorni, mamá nos decía que comíamos pasta todos los días perché siamo italiani”. En esta parte del discurso, la voz de Ricardo Hidalgo Ottolenghi se quebró por la emoción y por el orgullo de recibir la distinción honorífica Orden al Mérito de la República Italiana, en el grado de Cavaliere.

Su aporte al campo científico-académico fue el que le abrió un espacio en la lista de figuras cuyos logros y servicios han sido reconocidos por el presidente italiano, Sergio Mattarella. Además, su nombre había sido promovido por un grupo representativo de la academia ecuatoriana, a quien se debe y ahora como Rector de la Universidad UTE.

La reunión de entrega de este reconocimiento se realizó la noche de este jueves, 8 de diciembre de 2022, en la Residencia Italiana (sector La Gasca), y contó con alrededor de 30 invitados, entre familiares y amigos. Todos fueron recibidos por la embajadora de Italia, Caterina Bertolini; y el homenajeado.

Durante su intervención, la Embajadora mencionó que los artículos de opinión de Hidalgo Ottolenghi le provocan mucha reflexión e interés. Y puso como ejemplo aquel que escribió sobre la muerte, en diario El Telégrafo, el 24 de agosto de 2022: “… me quedé realmente conmovida de la humanidad y cuando esa humanidad reposa en el conocimiento científico profundo, y los valores éticos muy altos”.

Agregó que también le interesa las evaluaciones que, el ahora condecorado como Cavaliere de Italia, hace sobre política de salud en Ecuador, “son muy interesantes y siempre son una fuente de pensamiento, de debate y de reflexión”.

Naturalmente, la diplomática recordó las profundos y grandes relaciones que Hidalgo Ottolenghi mantiene con su querida Italia, la tierra de sus antepasados y de su descendencia. Ese profundo orgullo y amor que les prodiga.

De allí que, en su discurso de agradecimiento, el Rector de nuestra Universidad comenzó haciendo una remembranza de su familia, que se forjó con esa “capacidad de resiliencia de quienes lo habían perdido todo, inclusive a sus seres queridos y comunidades de origen”.

Y trazó una línea del tiempo. Apuntó que el sábado 23 de abril de 1940, hace algo más de 82 años, el trasatlántico Conte Biancamano zarpó de Génova en su último viaje a las Américas antes de que la Italia fascista entrara en la Segunda Guerra Mundial. Entre los 1725 pasajeros, estaban sus abuelos, su madre, sus dos tíos, tíos abuelos y otros parientes y amigos.

Un día después, prosiguió, “el 24 de abril y tras viajar a oscuras en el Mediterráneo, atestado de barcos de guerra y submarinos ingleses y alemanes, atracó en una Barcelona (España) devastada por la Guerra Civil Española, con su puerto abarrotado de barcos hundidos. El viaje siguió a Santa Cruz de Tenerife, Curazao, La Guaira, Panamá, Buenaventura y arribó a Salinas (Ecuador), el 15 de mayo de 1940, antes de continuar a Valparaíso (Chile)”.

Además del drama de dejar su país, su familia traía otras dos penas: la muerte de su tío Gianni, de 12 años, por una sepsis (en agosto de 1939); y, en diciembre de ese mismo año, la Nonna -de 40 años- había sido intervenida por una tercera ocasión de un cáncer de mama.

El discurso del homenajeado continúo con una aseveración: “La llegada a Ecuador de un grupo de empresarios italianos, científicos y técnicos, en distintas ramas, fue un hito para el desarrollo del país. En este punto, no solo Ecuador sino toda Latinoamérica fue beneficiada por el emprendimiento de mi familia, con los laboratorios Life, que colocaría a Ecuador como uno de los principales puntales de la industria farmacéutica latinoamericana de los años 40 del siglo pasado”.

Por todo ello, aclaró que la distinción que recibió la noche de este jueves es, además, un reconocimiento a la historia de su entrañable familia: “No es coincidencia que, el mismo año, hayamos recibido idéntica condecoración dos miembros de la tribu Ottolenghi”.

Todo porque “conservamos la identidad cultural y el orgullo de ser italianos universales, así como lo hicieron mis abuelos, seguimos trabajando por este país que ahora también es nuestro”.

Y haciendo honor a ese cariño por doble vía, el Rector de nuestra Universidad, médico de profesión, ha trabajado los últimos 40 años al servicio de la vida humana, a través del ejercicio de la profesión y de la docencia e investigación científica, formando a más de una veintena de generaciones de médicos y, en los últimos siete años, a varios miles de profesionales ecuatorianos, bajo el convencimiento de que ningún logro es resultado de un trabajo en solitario.

Antes de terminar sus palabras y recibir las condecoraciones, Hidalgo Ottolenghi también agradeció a su esposa, Lulú, y a sus hijos en este día especial, quizá uno de los más importantes de su vida.

Escucha las emotivas palabras de nuestro Rector aquí: 

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