En un esfuerzo por proteger una de las fuentes hídricas esenciales de Quito, la quebrada Rumipamba, se busca implementar estrategias de conservación que incluyen estrategias de conservación, educación e investigación ambiental, gestión de riesgo, monitoreo hidrometeorológico, y el desarrollo de infraestructura de apoyo. La Universidad UTE lidera este proyecto, en colaboración con el Fondo para la Protección del Agua (FONAG) y apoyado por varias universidades, con el objetivo no solo de conservar el área, sino también de fomentar un enfoque educativo que involucre a la comunidad.

Profesores de Ingeniería Civil de la Universidad UTE, un equipo de técnicos del FONAG y un grupo de arquitectos de la PUCE – Ibarra visitaron el sitio para identificar lugares estratégicos donde se construirá infraestructura para la educación y la investigación ambiental.

La carrera de Ingeniería Civil de la UTE lidera la elaboración del plan masa de la quebrada. La meta es crear espacios que permitan la participación y sensibilización ambiental y de conservación del agua en la comunidad, el sector industrial, el gobierno y la academia, reforzando el compromiso con la protección del ecosistema que abraza la quebrada Rumipamba.

Bert De Bièvre, secretario técnico del FONAG, proporcionó contexto sobre la importancia histórica y ambiental del terreno. “Hace un par de años logramos la adquisición del terreno. La Empresa Pública Metropolitana de Agua Potable y Saneamiento de Quito (Epmaps), como principal constituyente de FONAG, tiene un mandato claro: la conservación de fuentes de agua, y la quebrada Rumipamba representa un área de gran valor hídrico para la ciudad,” afirmó De Bièvre. Este terreno tiene una historia de propiedad notable hasta finalmente ser declarado de utilidad pública para la conservación hídrica.

El plan de conservación abarca distintas acciones, desde el control y vigilancia del área hasta la restauración de ecosistemas en zonas con diferentes niveles de degradación. En términos de educación, Sebastián Torres, educador ambiental del FONAG, enfatizó que en Rumipamba se desarrollarán actividades de sensibilización ambiental y talleres para diversos grupos de la población.

La UTE, junto con otras universidades ecuatorianas e internacionales, como la Pontificia Universidad Católica de Chile, la Universidad de Wismar de Alemania, la Universidad Técnica de Berlín y la PUCE Ibarra, forman parte de este esfuerzo colectivo.

Betsabé Escobar, coordinadora de vinculación y docente de la Facultad de Ciencias, Ingeniería y Construcciones de la UTE, explicó que el rol de la Universidad en el proyecto incluye la propuesta del plan masa y en la primera etapa el objetivo de corto plazo es el diseño y construcción de una edificación que albergará actividades de educación e investigación ambiental dentro del entorno de la quebrada. La construcción de la edificación será realizada con estudiantes de las diversas universidades, el apoyo de FONAG dentro de una estrategia de aprendizaje servicio-educación con propósito que se implementan en la carrera de Ingeniería Civil de la Universidad UTE.

Añadió que este proyecto de vinculación comunitaria permitirá que más adelante se desarrollen proyectos de investigación que potencien la sostenibilidad de la cuenca.

Durante el recorrido por la quebrada Rumipamba, el equipo interdisciplinario identificó tres sitios en los que se prevé construir la infraestructura destinada a la educación y la investigación ambiental. Estos espacios se transformarán en centros de formación y conciencia ecológica, donde se desarrollarán actividades para distintos públicos y contribuirán a la conservación del área.

Este proyecto representa una colaboración efectiva entre instituciones que comparten un mismo objetivo: preservar las fuentes hídricas de Quito y educar a futuras generaciones en la importancia de la gestión sostenible del agua y la conservación ambiental.

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