La Universidad UTE, en alianza con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), clausuró el curso gratuito de educación continua BootCamp en Desarrollo Front End, un programa intensivo de 720 horas diseñado para capacitar a personas ecuatorianas, colombianas y venezolanas en situación de movilidad humana. Este proyecto, que graduó a 73 estudiantes, estuvo orientado a fortalecer competencias tecnológicas y buscó mejorar las oportunidades laborales de los participantes en un entorno global cada vez más digitalizado.

El evento contó con la presencia de Claudia Ballas, coordinadora general de la UTE; Daniel Vazquez, responsable de la Escuela de Tecnologías; y Andrés Tapia, jefe de la Unidad de Inclusión Socioeconómica y Migración Laboral de la OIM, entre otros.

Claudia Ballas destacó que el curso, inaugurado el pasado 6 de septiembre, fue un hito no solo para la UTE sino también para el fortalecimiento de competencias en desarrollo de sitios y aplicaciones web interactivas para personas en situación de movilidad. “Esto marca el inicio de la cooperación entre la UTE y la OIM y simboliza nuestro compromiso de avanzar hacia una oferta académica permanente que fomente habilidades prácticas para el campo laboral”, señaló.

Por su parte, Andrés Tapia agradeció a la UTE por su colaboración y resaltó el enfoque estratégico del proyecto, que busca atender las demandas actuales del mercado tecnológico. “Este es solo el inicio. Nuestro objetivo es que estas iniciativas se repliquen y se conviertan en un modelo de desarrollo para quienes más lo necesitan. Además, es significativo ver la participación de estudiantes mujeres”, afirmó.

Daniel Vazquez enfatizó la relevancia de esta formación en el contexto actual. Según destacó, la industria tecnológica en América Latina ha crecido un 50% en la última década, con una alta demanda de desarrolladores front-end, impulsada por la expansión del comercio electrónico y la digitalización tras la pandemia. A nivel global, mencionó que la brecha de talento en tecnología supera los 500.000 puestos de trabajo vacantes, especialmente en Estados Unidos y Europa.

“El BootCamp no solo es una puerta de entrada al mundo laboral tecnológico, sino una herramienta para que los participantes reconstruyan sus vidas. Más allá de aprender a codificar, este ha sido un camino para superar desafíos y demostrar que las oportunidades no se encuentran, se crean”, concluyó Vazquez.

Este programa marca un precedente en el compromiso de la UTE y la OIM para contribuir al desarrollo integral de personas en situación de movilidad humana, ofreciendo herramientas que les permitan transformar sus vidas y ser parte activa de un mercado global en constante evolución.