En el amplio panorama del mundo académico, las universidades se erigen como bastiones del conocimiento, moldeados por los contornos de sus dominios académicos y sirven de catalizadores de la identidad institucional, definiendo la trayectoria de su misión y visión. Declarar nuestros dominios académicos no solo implica resaltar nuestras áreas de especialización, sino que también proporciona un marco estratégico para potenciar nuestros esfuerzos en docencia, investigación y vinculación con la sociedad. Así, a medida que nos embarcamos en este viaje para explorar los puntos fuertes de la Universidad UTE –lo que nos distingue como institución–, no nos hemos limitado a indagar los distintos campos del conocimiento, sino que durante esta empresa nos hemos convencido de que estos dominios reflejan nuestro compromiso de ampliar el conocimiento e impulsar el progreso de la sociedad.

Al declarar los dominios académicos, estamos también sustentando nuestras fortalezas en las funciones sustantivas. En la docencia, nuestros dominios guían la organización del portafolio de la oferta académica y la adaptación de los planes de estudio, garantizando la alineación con las necesidades cambiantes de la sociedad ecuatoriana y aprovechando, al mismo tiempo, la experticia y credenciales de nuestro talento humano; en la investigación, fomentan la colaboración interdisciplinaria, consolidando los esfuerzos para abordar los retos de la sociedad y ampliar los límites del conocimiento; en la vinculación con la sociedad, facilitan las intervenciones específicas, aprovechando el conocimiento relacionado con el dominio para involucrar a las comunidades y los ámbitos productivos de manera efectiva.

De esta manera, nuestros seis dominios académicos representan la identidad institucional y son pivotes del impacto significativo, guiando a la Universidad UTE hacia su misión de excelencia académica y contribución a la sociedad.