También ponderó el orgullo que sentía por haber sido, a través de la UTE, “parte de su viaje académico y estamos emocionados de ver lo que hasta hoy han logrado, estamos seguros de que el futuro que se abre a sus pies es promisorio y de gran espacio para devolver los afectos entrecortados, de noches sin descanso y de faltas a las celebraciones familiares. Hoy, aspiro, se inicie una vida rica de experiencias profesionales y de éxito…”. 

Kory Jara, estudiante destacada de esta promoción, también tomó la palabra en representación de sus compañeros. Ella hizo un recuento de aquellos primeros días en los que nuestra Alma Mater los acogió; todos eran médicos que buscaban ser útiles a la sociedad mediante una especialización.

“Y aquí estamos. Hemos llegado, cumplido y culminado”, dijo con emoción Kory. Agregó que el conocimiento de los profesores, la receptividad de varios hospitales, el apoyo de sus familiares y la atención de las autoridades de la UTE les permitió arribar a este momento de alegría, nuevo título y reconocimientos académicos.

Antes de finalizar la ceremonia, se escuchó el discurso del Director de Posgrados: “La invitación a ser recíprocos con su trama relacional, con su familia, con su barrio, con sus maestros, con sus pacientes, con su país, así lo plantea el himno de nuestra Universidad, fundada hace 52 años, que pertinentemente decía a ese contexto fundacional: Eduquemos, pues nos educaron”.

Y los birretes fueron, como ya es costumbre en cada incorporación, lanzados al aire y los graduados de las especialidades médicas de la UTE festejaron con sus compañeros de estudios y, sobre todo, con sus familiares infinitamente orgullosos por sus logros.