En su intervención mencionó que los inicios de la UTE no fueron fáciles y nada hacía augurar que “llegaríamos a consolidarnos como una de las mejores universidades del Ecuador. Surgimos sin el respaldo de ninguna de las instituciones de la modernidad, sin el apoyo del estado, ni del sector privado, ni de la iglesia, no contábamos con infraestructura propia y los recursos eran en extremo limitados”.

En otra parte de su discurso, señaló que “como institución crítica, hoy más que nunca, en esta época tan aciaga para la nación estamos obligados a buscar nuevas formas de desarrollo con sentido emancipador, en el marco del reconocimiento de la democracia, de los derechos humanos y de las libertades creativas y éticas”.

Finalizó apuntando las principales metas en torno al presente y al futuro. Llamó a la unidad de nuestro país y envió un mensaje de paz y solidaridad, pues como institución educativa “reafirmamos nuestro compromiso con la promoción de un diálogo constructivo, así como la defensa de los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos”.